Este post lo hice el año pasado antes de Semana Santa, recuerdo que luche mucho para poner las fotos porque aun no era muy diestra en el asunto. Como en esa epoca solo 2 o 3 amigas pasaban por aqui lo republico ya que me parece una hermosa tradición.
Fue en Caracas hace más de doscientos años, específicamente en lo que hoy conocemos como el Municipio Chacao, cuando el padre José Antonio Mohedano hizo la promesa de subir a El Ávila durante el resto de sus días para buscar palmeras y bendecirlas durante sus misas, como pago al favor del cese de una epidemia de fiebre amarilla que afectaba a los habitantes de la zona.
El viernes de concilio (anterior al Domingo de Ramos), los palmeros de Chacao, herederos de esta tradición de más de doscientos años, van a buscar las palmas que el Domingo de Ramos serán benditas y repartidas a los fieles. La recolección del cogollo de la palma real se hace con apego a la normativa conservacionista y a la planta se le deja al menos un cogollo para garantizar su supervivencia. Estos cogollos se reúnen en atajos y se dejan a un lado para luego recogerlos al regreso.
Los palmeros tienen desde los 4 o 5 años hasta pasados los 80. Los palmeritos crecen como la Palma Real: a los seis años son brotes, a los ocho semilleros, a los nueve guardapalmas, a los diez custodios del bosque, a los once promeseros, prometen proteger la planta y seguir la tradición, a los doce peoneros y a los diecisiete se juramentan como palmeros.
Al terminar, se inicia el regreso y se recogen los atados por el camino. En el campamento se rompe el silencio que sólo había roto el jefe y, a veces, el clarín. Tanto los hombres como los niños se dedican a tejer la palma, con formas que adornarán la terminación del atado o "palmo" que será estandarte, mientras esperan la comida. Algunos hacen collares de semillas de peonía y caracoles. Suena el cuatro y las maracas y arrancan las coplas. Una vez realizada esta labor, se atan los palmos, se limpian los cogollos, se ordenan y agrupan. El amarre se hace con una técnica muy precisa, heredada desde los tiempos de inicio de la tradición. La confección del palmo, que puede llegar a pesar hasta 40 Kg., es fuente de prestigio, no sólo por el tamaño, sino también por la trama del estandarte.
El Domingo de Ramos los palmeros se reparten los cogollos, el padre bendice los ramos y los estandartes y estos son paseados por las calles de Chacao.
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